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El resumen es fácil: quema más calorías de la que consumes, lo que se conoce como déficit calórico. ¡Así de ‘easy’!
Mientras que correr y otras formas de cardio son muy populares para adelgazar,Cavaliere recomienda una proporción de entrenamiento de 3:2, con alrededor del 60 por ciento de su rutina enfocándote en el entrenamiento de fuerza y alrededor del 40 por ciento en el cardio. «Si adelgazar es tu principal objetivo, matarte a hacer cardio no es la solución…».
La razón por la que Cavaliere sugiere programar su entrenamiento en torno a ejercicios de fuerza sobre todo no es necesariamente por la quema de calorías que provocas, sino más bien por los beneficios en términos de construcción de nuevo tejido muscular y el acelerar tu metabolismo a continuación. «Press de banca, peso muerto, sentadillas, rutinas tirón-empuje, superseries, drop sets, todo eso…», asegura.
Muchas proteínas y no eliminar los hidratos de carbono
Y luego aprender a calcular y contar calorías, para saber exactamente cuánto estamos comiendo. «No es posible superar con entrenamiento una mala dieta», dice Cavaliere. «No importa la cantidad de calorías que quemas, no importa lo que hagas, la nutrición importa y mucho». Además, aconseja mirar el nivel de saciedad que obtienes de lo que comes, haciendo una comparación entre zamparse unos Doritos y unos huevos. No te comes un solo Dorito, te comes una bolsa entera. Mientras tanto, es posible que solo comas un huevo y te cueste comer más, porque te hacen sentir más lleno más rápido. Y, por supuesto, utiliza la fórmula de entre 0,7 y 1 gramo de proteína por kilo de peso corporal todos los días.
Los alimentos ricos en proteínas son el mejor aliado de nuestros músculos, pero también lo son de una dieta saludable, ya que las proteínas son menos calóricas que los hidratos de carbono o las grasas, por lo que una mayor proporción de proteínas en una dieta de adelgazamiento o, simplemente, en tu día a día, es una buena opción para mantener la línea.
Una trampa común con la que tropiezan muchas personas es restringir demasiado la ingesta de alimentos ricos en hidratos de carbono, o incluso eliminarlos de la dieta por completo, pero no es el mejor camino».
Los hidratos de carbono son imprescindibles para nuestro día a día. Son el carburante que necesitamos para funcionar día a día. Si haces deporte, esto se hace todavía más imprescindible, ya que necesitas todavía más «gasolina» para rendir al máximo durante tus entrenamientos y competiciones. Pero cuidado con sus ingesta y prioriza siempre las proteínas.