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Una lesión es de las cosas que un deportista más teme. Aun así, muchos deportistas lo ven como una oportunidad para aprender o mejorar en otros ámbitos. En este artículo tratamos de poner orden sobre las reacciones emocionales de una lesión.
Muchos deportistas nóveles se preguntan cómo afecta psicológicamente una lesión. Es lógico hacerse esa pregunta si nunca se ha sufrido una, ya que es un acontecimiento que impacta a cualquier persona y en múltiples niveles. Por lo tanto, es normal que aquellos deportistas con menos experiencia, y que nunca han pasado por este trance, se pregunten qué es lo que se le pasa a uno por la cabeza cuando tiene una lesión.
Lo cierto es que no es fácil responder a esta pregunta, ya que no hay una única reacción que se produzca de la misma manera en todos los deportistas. Hay atletas que afrontan con más optimismoesta situación, y otros que quedan completamente devastados.
Lo que sí ocurre en ambos casos es que la lesión representa un cambio al que hay que adaptarse, es el resultado de dicha adaptación lo que varía entre deportistas. Con todo esto, a continuación sintetizaremos las principales reacciones emocionales con el fin de responder a la pregunta de ¿Cómo afecta psicológicamente una lesión?
Hay lesiones que aparecen como consecuencia de un estado de estrés alto mantenido a lo largo del tiempo; sin embargo, también hay lesiones que aparecen de forma súbita como consecuencia de un accidente. Son estas últimas las que causan más impacto en el deportistas y las que generan reacciones emocionales más intensas. El deportistas las puede llegar a sentir como verdaderos acontecimientos traumáticos, pero esta reacción tan intensa no dura para siempre.
Lo normal es que dure los primeros días o semanas como algo reactivo a un fuerte estresor, pero después la emoción suele enfriarse y dar lugar a sentimientos como la tristeza, la decepción o la angustia. Lo peligroso de estos sentimientos es que, a pesar de ser menos intensos, tienden a durar más en el tiempo si no se tratan efectivamente. Además, suponen un verdadero lastre para que el deportista se comprometa y cumpla con las tareas de su proceso de recuperación.
Disminuye la autoconfianza del deportista
El impacto psicológico de una lesión no solo se circunscribe a lo emocional, sino que también afecta a variables relacionadas con la esfera cognitiva. Esto es, con la forma de percibir, integrar e interpretar la realidad que tiene la persona. Además, emoción y cognición no son dos partes separadas, sino que se influyen mutuamente. Por tanto, lo que ocurre en lo cognitivo repercute en las emociones, y viceversa. Son dos partes diferentes que se encuentran en perfecta relación y son claves para determinar la salud psicológica.
Un estudio de la Universidad del País Vasco afirma que es habitual que un deportista pierda confianza en sí mismo cuando experimenta una lesión. En este sentido, son usuales las reacciones de culpa y de elevada autocrítica, como si fuese algo merecido por no haber actuado de otra manera en el pasado. Y no solo eso, la pérdida de confianza en uno mismo también se relaciona con un estado de ánimo bajo que es un precursor para el desarrollo de depresión. Con todo esto, para evitar que lo anterior ocurra habrá que examinar e intervenir sobre las creencias de un atleta después de sufrir una lesión.
Estimula la resiliencia y el crecimiento frente a la adversidad
A pesar de que una lesión es un acontecimiento negativo, no todas las reacciones frente a esta son de esa valencia. También cabe la posibilidad de que una lesión estimule cosas positivas como el espíritu de lucha y el optimismo, que sin un evento negativo sería muy difícil despertar.
En este caso, la lesión es capaz de aumentar la capacidad de resiliencia del deportista. La resiliencia no solo es aguantar frente a la adversidad, sino también crecer en esas circunstancias negativas y poder sacar algo en positivo de esa experiencia.
Por último, conviene tener claro que no hay una única reacción a lo largo de todo el proceso. Una lesión es un proceso dinámico y fluido en el que las reacciones emocionales cambian a lo largo de las etapas. Teniendo esto en cuenta también es posible comprender por qué se despiertan aspectos negativos y positivos en la misma situación.